No cuestiono los indudables avances que ha supuesto para la fotografía el soporte digital. Sin embargo, me siento más a gusto con mis viejas cámaras cargadas con películas en blanco y negro para después sumergirme en la magia del laboratorio.
No renuncio a adquirir (cuando el precio no suponga un atraco a mano armada) una réflex de formato completo a la que pueda acoplar mis ópticas fijas Nikkor. Mientras tanto, sigo un proceso híbrido: toma analógica y edición digital.
1 comentario:
Emilio, que grande esta tú hijo.
Las fotos como siempre muy buenas.
Un besazo
Ana Manotas
Publicar un comentario